Me detuve en la calle 23, en la esquina de Broadway con la Quinta Avenida, e intenté contener las lágrimas pero no pude. Miré hacia atrás y comprendí que Nueva York ya formaba parte de mi vida, esa ciudad lejana hace menos de un año a la que volveré siempre que pueda. Quizá, quién lo sabe, a probar como periodista más tiempo que esta vez.
Entendí entonces que Manhattan, Brooklyn, Harlem, el skyline –siempre podré contar que me tomé unos vinos californiamos de madrugada frente a los rascacielos, sentado frente al East River— o el Village se han convertido en sentimientos que guardo como los amaneceres de Cádiz o los besos de mis nenas. Cumpliré pronto los 40 y encontré, al fin, otra ciudad que, con emoción e entusiasmo, he hecho mía para siempre. Me da igual perderme. No tengo miedo ni lo tendré nunca. En Nueva York siempre llegas a algún lugar, dispuesto a lo que descubras.
Desde este café de Brooklyn y a pocas horas de que mi avión parta hacia Madrid, siento el orgullo de haber pateado calles, convertirme en vecino de este barrio sin el río humano de Manhattan y, por encima de todo, recuperar la pasión de que no hay lugar en el mundo que no sirva para seguir creciendo. Good bye, NY.
Entendí entonces que Manhattan, Brooklyn, Harlem, el skyline –siempre podré contar que me tomé unos vinos californiamos de madrugada frente a los rascacielos, sentado frente al East River— o el Village se han convertido en sentimientos que guardo como los amaneceres de Cádiz o los besos de mis nenas. Cumpliré pronto los 40 y encontré, al fin, otra ciudad que, con emoción e entusiasmo, he hecho mía para siempre. Me da igual perderme. No tengo miedo ni lo tendré nunca. En Nueva York siempre llegas a algún lugar, dispuesto a lo que descubras.
Desde este café de Brooklyn y a pocas horas de que mi avión parta hacia Madrid, siento el orgullo de haber pateado calles, convertirme en vecino de este barrio sin el río humano de Manhattan y, por encima de todo, recuperar la pasión de que no hay lugar en el mundo que no sirva para seguir creciendo. Good bye, NY.